sábado, 13 de noviembre de 2010

13/11/2010

He guardado silencio demasiado tiempo ... Demasiado tiempo sucediéndo(me) cosas que me impedían hablar. Rompo mi afonía justo a tiempo de poder gritar de nuevo: paz, libertad y dignidad. Una paz anhelada (razón de supervivencia de un pueblo). Una libertad que no termina de conquistarse (razón para continuar la lucha). Una dignidad vejada (razón para exigir a la ONU, a la UE y especialmente a España que intervengan). Razones sobran para condenar la masacre de nuestros hermanos saharauis a manos del genocida marroquí Mohamed VI

3 comentarios:

Joseph Affonso Xaxo dijo...

Las teocracias conectadas, mantenidas y fortalecidas por democracias debilitadas moralmente producen engendros. Un pueblo pacífico, que ha ido fortaleciéndose como comunidad poco a poco, tan cerca en los corazones de hombres donde todavía se palpita 'la moral de razón y la moral del sentir- ¡tú eres yo!

No, no creo, que hayas guardado silencio demasiado tiempo ...

He llegado aquí a través de tu artículo sobre la "Desobediencia Civil". Que he pasado a mi debate sobre Wikileaks Canario y sobre las que llamo las OTCs - Organizaciones Tecnosociales Civiles Democráticas Deliberativas Transparentes y Autogestionadas con liderazgo horizontal como la única salida posible hacia un futuro deseable moralmente.

Estoy en la RED de Conocimiento de Canarias- Linkedin.

Gracias por tus aportes.

Tu participación para fortalecer el aspecto teórico de las OTCs sería muy apreciada.

extravagantes dijo...

“ Soy un judío.
¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones?
¿Es que no está nutrido de los mismos alimentos, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano?
¿Si nos pincháis, acaso no sangramos ? ¿Si nos cosquilleáis, acaso no reímos?
¿Si nos envenenáis, acaso no morimos? Y si nos ultrajáis ¿no nos vengaremos?”

Monólogo del judío Shylock. El Mercader de Venecia de William Shakespeare,
Acto Tercero, Escena Primera.

Zionismus dijo...

Qué tal, Román, cuánto tiempo, por donde andarás, con tus pillerías.
Me animo para escribirte sobre tus imposturas docentes, ya sabes. Tus imposturas, los impostores, el impostor, el impostado.

Qué tal aquella redacción de la tesis doctoral en Alemania (RFA). Buena jugada, vinistes con un Marx impostado, el Marx "brunobauerista". Confeccionado para los usos oportunos de una Universidad que se desperezaba del Franquismo y que necesitaba de lecturas "alternativas" de Marx. Un Marx muy oportuno, desde luego, para callar la boca aquellos "marxistas" que pecaran de dogmáticos.

Y ya puestos a ser profesor (felicidades), picamos aquí y allá. Una mani, una concentración, una reunión clandestina y, ah, una provocación lujuriosa. Una invitación inoportuna, un desplante no previsto. Y seguimos provocando, alarmando, escandalizando, para mayor pánico de la sociedad "burguesa", porque nosotros somos así, iconoclastas, radicales, soberbios.

Pero esa soberbia que se esconde tras una falsa modestia, esa soberbia que se regocija en callar la boca a los "ignorantes", esa soberbia que se esconde tras un título, tras una posición académica. Porque nosotros somos así, impostores, hipócritas, grandilocuentes y vanidosos. Falsos.
Mea culpa, mea culpa. Qué hubiera pasado, Román, si sobre ciertos bulos, rumores, cuasi-noticias, que circulaban por la facultad, las autoridades competentes hubieran tomado cartas en el asunto. ¿Hubiéramos seguido tomándonos esas licencias, hubiéramos seguido siendo tan provocativos, nos hubiéramos arriesgado tanto?

En fin, Román, majo, el método terrorista no creo que sea un buen método docente (mira que decirles a tus alumnos de EGB que salieran de clase por las ventanas para que aprendieran el método mayéutico. Qué dirían sus padres, Román, porque tenían padres. Los alumnos de la Universidad también tienen padres, la única diferencia con los de EGB es que de estos se supone que son "adultos").

Como lo de aconsejar palizas a los profesores que cayeran mal a los alumnos (ay, Román, como en el País Vasco), eso les decías tu a los alumnos, bien es verdad que fuera de clase y hasta de la Universidad, ¿pero qué pensarían de todo esto las autoridades competentes, universitarias o no?

En fin, Román que has tenido mucha suerte, o en la Universidad hemos sido muy gilipollas. Ambas respuestas son posibles.

Y, por cierto, Román, si me borras esta entrada, recuerda que ya te lo he dicho; el mensaje ha llegado. Salud, impostor.