sábado, 12 de mayo de 2007

GUARDAR SILENCIO ES UN ACTO DE REBELDÍA | freigeschprochen


Cuando me dijeron libertad ya era demasiado tarde. Había perdido la referencia, había perdido el habla, había agotado los filtros: el discurso de la reconversión --mi viejo discurso de la seducción y de la provocación-- había empezado a serme extraño. Llegaron demasiado tarde los dueños del teatro, los guardianes de los textos, los administradores de lecturas. ¿Cómo voy a pronunciar --a partir de ahora-- palabras-proyecto, palabras-mensaje ... palabras-denuncia?. ¿Cómo ocultar entonces mi impotencia, cómo escribir paz, respeto, dignidad ... sin que me tiemblen las manos?. Ellos, los gestores de la integridad, han prostituído el discurso de la vida. Ellos, que no entienden de contenidos más allá de la ficción que su interés genera e imponen. Cuando me dijeron libertad habían hecho de mí un recluso de por vida. ¿Cómo voy ahora a organizar mi resistencia, cómo mi estrategia, cómo mi compromiso, si cuando grite libertad nadie emprenderá cerca vuelo autónomo alguno?. Porque llegaron a su tiempo, cuando me dijeron libertad ya era demasiado tarde.

1 comentario:

Unknown dijo...

Nadie escucha esas apacibles ondas sonoras que producen los gritos de libertad. Quizás algún día retornen anticipadas y se posen alegres en el acto mismo... libertad